“Los
Calimas figuran entre los más grandes orfebres de nuestra época prehispánica, a
tal grado, llegaron en este arte que pueden equipararse con los Quimbayas,
Taironas, Chibchas y Sinúes, que fueron verdaderos maestros en el arte orífice,
cuya reputación como tales se ha extendido por todos los ámbitos de la tierra.
Orfebrería Cultura Calima/ Fuente |
El llamado estilo Calima se caracteriza por
el exceso de decoración. Fabricaron sutilmente diademas, arcos, carretes y
vasijas cónicas, orejeras, pectorales, narigueras ceremoniales, vasijas
antropomorfas y zoomorfas, caracoles de gran perfección, posiblemente tomando
como horma caracoles naturales; propulsores, pinzas para depilar, alfileres
para sostener los mantos, collares modelados sobre alma de arcilla y tiaras.
Todas estas piezas revelan que los calima alcanzaron una cultura refinada,
lujosa y de gran contenido espiritual.
Sin embargo, poco sabemos de las costumbres
de los calima. Ateniéndonos a la figuras humanas conservadas en su alfarería y
orfebrería, descubrimos que usaron el cabello largo, arreglado en lo alto con
artísticos peinados, y que fue general entre ellos ese carácter caribe de
deformarse los músculos con ligaduras transversales. La riqueza y método de sus
enterramientos los equiparan, en lo que toca a sus creencias en el más allá,
con los pueblos más avanzados del territorio colombiano.
El mundo mítico Calima estuvo inundado de
bestias fabulosas. Se combinaban varios animales en un solo ser. Al parecer el
culto funerario tuvo gran importancia para los distintos periodos de la cultura
Calima. Guaqueros y arqueólogos han encontrado gran cantidad de tumbas, unas
con cantidades de piezas de oro y otras donde estas estaban ausentes”.
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