lunes, 24 de marzo de 2014

Orfebrería Moche

"La orfebrería es otro de los importantes capítulos del arte Moche. Las evidencias más tempranas del trabajo de los metales se remontan en Perú (y en toda América) al 1500 a. C. y proceden del yacimiento de Waywaka, en la región de Andahuaylas, en la sierra sur, en forma de minúsculos trocitos de oro laminado.

Orfebrería Moche/ Fuente
En Chavín el trabajo del metal se encuentra ya plenamente desarrollado trabajándose en oro una serie de objetos con la técnica del martillado y del repujado, y recogiéndose los elementos de la iconografía tradicional. En Paracas-Nazca la orfebrería es poco compleja, destacando sobre todo la elaboración de objetos hechos con placas recortadas y repujadas, siendo muy características las formas de plumas y unas grandes narigueras figurando barbas o bigotes de felinos. 

La orfebrería Moche tiene una estética mucho más escultórica y una serie de importantes logros técnicos, como el trabajo de la plata, la fundición a la cera perdida y la maestría en los trabajos de martillado y repujado. La iconografía es la tradicional, dominando los temas de aves y felinos plasmados en una estética de grandes planos y de expresión poderosa.

Entre los objetos son típicos las máscaras de difuntos, los grandes adornos para la cabeza en forma de mascarones frontales, pero también delicados trabajos de incrustaciones de turquesas y otras piedras en orejeras circulares con representaciones de guerreros, que se enriquecen con la adición de bolillas de oro. Es frecuente la asociación de la orfebrería con los enterramientos. Aunque prácticamente la totalidad han sido saqueados, siendo el fantástico ajuar del Señor de Sipán una buena muestra".

Realizado por: Ángela García de Dionisio

lunes, 17 de marzo de 2014

Orfebrería Gótica

"La orfebrería gótica conoce dos vertientes, importantes en igual medida si nos atenemos a la brillantez de los resultados obtenidos: la religiosa y la profana. Los orfebres las cultivaron por igual aunque se han conservado más manifestaciones de la primera que de la segunda. La sociedad medieval apreció los objetos lujosos y los encargó para embellecer las iglesias, sus residencias e incluso como adorno personal. Los inventarios son un instrumento inestimable para evaluar la importancia de esta producción que en muchas ocasiones no se conserva porque se ha destruido al transformarse.

Cruz con engastes/ Fuente
La reutilización de los materiales nobles de ciertos objetos cuando éstos perdían actualidad fue muy frecuente. Ocurrió que para la obra del cáliz, el relicario o la custodia del siglo XVI muchas veces se fundieron las piezas medievales que ya existían. Si no se dio esta circunstancia, los tesoros de las catedrales, abadías o monasterios sirvieron para hacer frente a los gastos generados por las guerras o como botín para alguna de las facciones en conflicto. No obstante, contamos con testimonios abundantes para evaluar la transformación o mayor frecuencia de ciertas tipologías.

El material más genérico fue la plata sobredorada, embellecida con aplicaciones de esmaltes que a partir de principios del siglo XIV fueron traslúcidos. Durante el gótico para los objetos de uso litúrgico se consolidaron las tipologías anteriores, aunque se introdujeron elementos nuevos. El pie de los cálices, cruces, relicarios, etc. abandona su forma circular para hacerse pediculado; los brazos de las cruces se complican y sus extremos adoptan forma flordelisada.

En lo que respecta a los relicarios, se generaliza el uso de los denominados parlantes. Ciertamente ya existían en época románica pero ahora se producen en abundancia como medio de dignificación de las reliquias. Cabezas, bustos, brazos, dedos, incluso pies. Dentro de la modalidad, el formato que encierra mayor atractivo es el de la escultura completa. Figurillas de santos, santas, de la Virgen María se confeccionan con gran oficio en los centros más relevantes. Recordemos el relicario ofrecido a Saint-Denis por Jeanne d'Evreux, una de las piezas capitales dentro del género.

También se aleja del formato tradicional el relicario de San Galgano (ahora en la parroquia de Frosini) que se fecha hacia 1315-1320, con unos magníficos esmaltes en la parte baja del cuerpo-ostensorio. El apartado más espectacular dentro de esta producción lo constituyen los altares, sean "antipendia" o "retrotabula", y los baldaquinos que los resguardan. Recordemos de nuevo que se trata de una producción que viene ya del románico o si se quiere de época carolingia, pero esto no excluye que se alcancen niveles muy altos en calidad y diseño".

Realizado por: Ángela García de Dionisio

lunes, 10 de marzo de 2014

Orfebrería Mapuche

"El arte de la orfebrería en Chile adquiere su máxima expresión alrededor del siglo XVIII, con las obras del pueblo mapuche.
La Trapelacucha es el típico colgante que
utilizan las mujeres mapuches/ Fuente
Los hallazgos arqueológicos realizados en la región de Arauco, ubicada entre la cordillera de los Andes y el Océano Pacífico, limitando al norte con el río Bío Bío y al sur con la serranía que se encuentra entre el río San José y el Calle Calle, permiten comprobar que los mapuches conocían los metales y su manufactura desde épocas prehistóricas. Se estima que lo aprendieron de los incas, aunque no desarrollaron la tecnología.

Cuando los españoles llegaron y vieron la posibilidad de explotar la riqueza minera de nuestro territorio, los araucanos fueron forzados a trabajar en la explotación de los minerales de oro y plata. 
De allí captaron la técnica para trabajar los metales, en particular la plata en la cual los orfebres españoles eran maestros.

Hacia la mitad del siglo XVIII la orfebrería comenzó a desarrollarse masivamente en el pueblo mapuche.
A lo aprendido de los maestros españoles, ellos imprimieron el carácter de su propia cultura, adquiriendo una personalidad única e inconfundible.

La monedas españolas constituyeron la materia prima fundamental de los orfebres mapuches. Una cantidad de estas monedas era entregada al artesano para que realizara la obra y el pago del trabajo consistía en un número de monedas igual a las utilizadas en la fabricación.

Los caciques de la época mantenían a su servicio a varios orfebres profesionales que utilizaban dos técnicas fundamentales: la fundición y la laminación.

Sin duda que la aptitud de los artífices mapuches, su habilidad manual y su capacidad creadora fueron factores determinantes en el desarrollo del arte de platería de este pueblo".

miércoles, 5 de marzo de 2014

Orfebrería Visigoda

Seguimos avanzando por el mundo orfebre, hoy os muestro los rasgos más significativos de la orfebrería visigoda.

Corona visigoda/ Fuente
"Una de las manifestaciones artísticas más destacadas de los visigodos fue la orfebrería. Los pueblos germanos eran muy aficionados al oro, las piedras preciosas y los vidrios de colores.

Las primeras obras aparecen en el siglo VI. Se trata de objetos de adorno personal en ajuares funerarios. Destacan las fíbulas en forma de águila, también llamadas fíbulas aquiliformes. Las fíbulas estaban realizadas con pequeñas cavidades en el metal donde se embutía pasta vítrea. Estas fíbulas entroncan claramente con las realizadas por otros pueblos germánicos, como las de los ostrogodos.

Pero las dos muestras más importantes de la orfebrería visigoda fueron, sin lugar a dudas, los conocidos como tesoros de Guarrazar y Torredonjimeno, en el siglo VII. El tesoro de Guarrazar contiene una serie de coronas votivas, cruces y cadenas de oro. Las coronas eran regalos de los reyes visigodos a las iglesias. La más importante es la de Recesvinto, formada por un aro de oro calado suspendido de cuadro cadenas finas que se unen en un pomo de cristal de roca. Está decorada con piedras semipreciosas. De la corona penden unas letras que forman la inscripción: “Recesvintus rex offeret”. En este caso, la influencia artística más evidente es la bizantina".

Realizado por: Ángela García de Dionisio