"Los metales preciosos, oro y plata, alcanzaron su autonomía con los Tang, pues hasta entonces sólo se habían utilizado como complemento a otros materiales, como en el caso del bronce y las incisiones de oro y plata que en él se hacían para su decoración. En este proceso tuvo mucho que ver la apertura de las fronteras chinas y el lujo cortesano de los siglos VII y VIII.
Orfebrería China/ Fuente |
La decoración fue principalmente de carácter vegetal muy simplificada hasta la adopción y asimilación de motivos extranjeros. El loto, flor asociada hoy a China, pero de procedencia india, siendo símbolo del budismo, fue uno de los temas más repetidos, junto con la vid y la palma ambos entrelazados en roleos vegetales, donde no faltaban animales. Fueron dispuestos guardando un esquema geométrico propio del arte sanida, insertos en grandes pétalos o formas circulares.
Las formas también se transformaron: aparecen cuencos con los bordes polilobulados, botellas de cuello alargado llamadas baoping (botellas de ambrosía), procedentes de la India y que aparecen en las pinturas murales de Dunhuang, en manos de divinidades budistas, conteniendo ambrosía: el agua de la vida y la inmortalidad. Junto a ellas, espejos de boda, por la asociación simbólica de sus motivos decorativos: parejas de aves, y motivos de paz, felicidad, armonía y prosperidad.
Tras la rebelión de An Lushan, la producción artística se vio amenazada por la falta de estabilidad interna y los desórdenes militares en las fronteras, que impidieron la importación de oro y plata. El barroquismo de copas y botellas dio paso a la simplicidad de cuencos y cajas, donde se huía del horror vacui, dejando al descubierto los bordes de las piezas o intercalando mayor espacio entre los motivos decorativos. La producción de objetos de oro y plata disminuyó en los últimos años de la dinastía, al igual que las demás artes, teniendo que esperar casi un siglo para reiniciar una tradición que nunca volvió a recuperar su esplendor.
Dentro de las artes del metal, el bronce recuperó en las dinastías Sui y Tang la valoración material que tuvo con las dinastías Shang y Zhou. Constituye un magnífico ejemplo de la característica asimilación del pueblo chino. Un material ancestral, ligado íntimamente a los primeros ritos, va a dar forma a las divinidades de una religión extranjera: el budismo. El bronce fue utilizado como una réplica a las esculturas de las grutas budistas, reproducidas en menor tamaño y de uso privado. Se representó a todo el olimpo budista: el Buda Sakyamuni, Vairocana, Maitreya, Avolikitesvara, y a divinidades menores, sentadas o de pie, adquiriendo los volúmenes gran sentido plástico al abandonar la frontalidad de las siluetas".
Fuente:
http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/3836.htm
Realizado por: Ángela García de Dionisio